Hoy os enseño como tengo las esponjas para las tintas a las que, como yo, no tenéis este bonito aplicador de tintas de Tim Holtz. Es muy sencillo de hacer y a la vez sirve para ver el color real de la tinta en el papel.
Yo utilizo estas esponjas de maquillaje que podéis encontrar en tiendas de todo a un Euro y las corto por la mitad porque son muy grandes.
Necesitaréis unos recortes de cartulina blanca de 2.5x5 cm (1x2 pulgadas). No hace falta que sea muy gruesa, pero sí que tenga un poco de cuerpo.
Con las esponjas aplicad tinta a las cartulinas hasta que se vea bien el color.
Dobladlas por la mitad. Yo corto los extremos del doblez en ángulo, pero podéis dejarlas cuadradas o utilizar un redondeador de esquinas.
Escribid el nombre de la tinta con rotulador negro, sobretodo si tenéis tintas parecidas.
Poned la cartulina en el extremo de la esponja formando un sandwich y grapadla.
Y ya tenéis vuestro aplicador hecho. Así no os mancharéis tanto los dedos y además os duraran más las esponjas. Las mías me han durado más de seis meses, y las he utilizado muchísimo.
Espero que este pequeño tip os sea útil y ¡gracias por la visita!
